EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica): Tratamiento y prevención

EPOC tratamiento

En anteriores posts os presentamos la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, más conocida como EPOC, como una de las enfermedades de riesgo que priorizan los sanitarios en plena pandemia global por Covid-19. Estamos hablando de un grupo de personas muy vulnerables a la enfermedad y es que varios estudios demuestran que las personas con EPOC tienen mayor riesgo de sufrir infecciones severas a causa del coronavirus.

Por ello, no solo os damos los detalles más importantes de esta enfermedad, sino que hablamos del tratamiento a seguir y sobre todo cómo prevenir la Epoc.

¿Qué es la Epoc?

Según los últimos datos del INE, las enfermedades respiratorias son la tercera causa de muerte de los españoles, entre las cuales encontramos las enfermedades de las vías respiratorias inferiores como la EPOC. Sin embargo, aún no hay suficiente conciencia entre la población sobre esta enfermedad e incluso el problema recae en el ámbito sanitario ya que en muchos de los casos no se hace un diagnóstico precoz.

La OMS define La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) como una enfermedad pulmonar caracterizada por una reducción persistente del flujo de aire. Los síntomas empeoran gradualmente y la disnea o ahogo, que es persistente y al principio se asocia al esfuerzo, aumenta con el tiempo hasta aparecer en reposo. También puede aparecer tos crónica e incluso expectoración con mucosidad. Se sabe por lo tanto, que esta patología tiene una evolución lenta y generalmente se hace evidente a partir de los 40 o 50 años de edad. Estos episodios de síntomas pueden ser muy incapacitantes para la persona que los padece y muchas veces requieren atención médica de urgencia.

A día de hoy, se sabe que la EPOC no se puede curar, pero sí puede prevenirse y tratarse eficazmente controlando sus síntomas y disminuyendo su velocidad de progresión, para así mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.

¿Cómo tratar la EPOC?

La esperanza de vida de las personas con EPOC puede oscilar entre 10 y 20 años desde el momento del diagnóstico, con medidas de tratamiento como las siguientes:

Dejar de fumar

El abandono del hábito de fumar, en caso de fumadores con la enfermedad, es la única medida eficaz, ya que retrasa la evolución de la enfermedad y reduce la mortalidad. Además es aconsejable evitar el humo del tabaco ajeno y eliminar otros aires contaminantes en el hogar o lugar de trabajo.

Tratamiento farmacológico

  • El tratamiento con broncodilatadores de acción corta se usa en pacientes con síntomas ocasionales. Estos reducen los síntomas y mejoran la tolerancia al esfuerzo. Por lo general, vienen en un inhalador y lo que hacen es relajar los músculos que rodean las vías respiratorias.
  • En pacientes con síntomas permanentes, el uso de broncodilatadores de acción prolongada permite un mayor control de los síntomas, mejora la calidad de vida, la función pulmonar y reduce el número de exacerbaciones.
  • Cuando hablamos de pacientes con EPOC moderada y grave, el tratamiento farmacológico a seguir combina broncodilatadores de acción prolongada y corticoides inhalados ya que pueden reducir la inflamación de las vías respiratorias y ayudar a evitar regudizaciones.
  • La corticoterapia sistémica se aplica en casos de EPOC graves.
  • Otros tratamientos que se pueden añadir y que pueden mejorar la respiración y prevenir reagudizaciones son la teofilina o el uso de mucolíticos y/o antioxidantes en pacientes con expectoración habitual y/o exacerbaciones frecuentes.

Terapias pulmonares

  • La Oxigenoterapia domiciliaria puede tratar la insuficiencia respiratoria, aumenta la calidad de vida y la supervivencia de personas con EPOC. El efecto de la oxigenoterapia depende de la duración de su administración, así pues hay pacientes que solo la utilizan durante actividades determinadas, otros mientras duermen y otros, el mayor tiempo posible.
  • La rehabilitación respiratoria mejora la disnea, la capacidad de ejercicio y la calidad de vida. Los programas de rehabilitación que incluyen educación, ejercicio y entrenamiento de las extremidades son los más eficaces. La rehabilitación domiciliaria de mantenimiento es una alternativa válida a la rehabilitación realizada en el hospital desde las fases iniciales de la enfermedad. La actividad y el ejercicio físico diario son muy beneficiosos para las personas con EPOC.

Tratamiento quirúrgico

La cirugía está indicada para personas que padecen de EPOC muy grave y la medicación lo les sea suficiente para combatir la enfermedad:

  • En primer lugar, existe la reducción de volumen pulmonar, donde se eliminan pequeños trozos de tejido pulmonar dañado de la parte superior. En algunos pacientes ayuda a mejorar los síntomas y aumenta la supervivencia.
  • El trasplante pulmonar proporciona mejora en la capacidad de respirar y mantenerse activo. Sin embargo, esta opción terapéutica se puede considerar en pacientes menores de 65 años y enfermedad muy avanzada, y que cumplan criterios específicos.
  • Finalmente, la bulectomía se puede realizar en pacientes altamente seleccionados para extraer las bulas de los pulmones y así mejorar el flujo de aire y la función pulmonar.

Tratamientos y remedios naturales

La Haloterapia

También existen tratamientos naturales complementarios para la EPOC como la Haloterapia, que mediante la inhalación de micropartículas de sal concentradas en espacios cerrados durante sesiones de 40 a 60 minutos, ayudan al sistema respiratorio. Con este tratamiento se consigue una disminución de síntomas entre los cuales se encuentran la tos y los ataques de disnea.

Verduras crucíferas

Verduras crucíferas como el brócoli, la coliflor, el repollo o las coles de Bruselas, contienen una sustancia denominada sulforafano que es capaz de restablecer el desequilibrio que hay en los tejidos de los pulmones y disminuir, en cierta medida, la inflamación por su efecto antioxidante.

El magnesio

El magnesio facilita el funcionamiento enzimático y contribuye a la relajación de los músculos respiratorios y a controlar la reacción del organismo contra la infección. Los alimentos que contienen este mineral son los frutos secos, cereales, semillas, zanahorias, espinacas y marisco.

El pescado azul

El omega 3 que contiene este alimento mejora los síntomas de las personas con EPOC. Se recomienda en estos pacientes tomar pescado de 2 a 3 veces por semana. Podemos encontrar omega 3 en pescados como la sardina, el bonito del norte, el boquerón o la caballa.

Las bayas

La bayas tienen un alto contenido en antioxidantes y compuestos orgánicos que ayudan a impulsar el sistema inmunitario y la función respiratoria. Los dos mejores tipos de bayas que ayudan a reparar las células maltratadas son los arándanos y las bayas de Goji.

El tomillo

El tomillo puede ser de gran ayuda para combatir alguno de los síntomas producidos por esta enfermedad. Esta planta medicinal contiene propiedades antiespasmódicas, anticatarrales y expectorantes lo hacen ideal para frenar la severidad de sus síntomas. Se recomienda incluir una taza de té de tomillo unas tres veces por semana.

¿Cómo evitar la EPOC?

Se puede hablar de una prevención primaria de la enfermedad y de una prevención secundaria. En el primer caso, se ataca el tabaco como causa principal de la enfermedad. Así pues, se evita en todo caso fumar, pero también inhalar humo del tabaco, de los posibles aires contaminantes en el hogar y en el lugar de trabajo y por último, se tratan de forma rápida las posibles infecciones respiratorias que se contraigan.

En segundo lugar, se recomienda el diagnóstico precoz mediante pruebas sencillas como la espirometría, que mide la función pulmonar y puede detectar la EPOC.

Proteger a los pacientes de EPOC contra el Covid-19

Desde Cuideo os recordamos que los pacientes con EPOC son personas muy vulnerables a la enfermedad, por eso es importante extremar las precauciones para evitar la contracción del virus y seguir las medidas de prevención del coronavirus para garantizar la salud de nuestros mayores. En cualquier caso, es fundamental la higiene adecuada de las manos, no tocarse la cara y, si se tose, hacerlo en la flexura del codo. Además es importante mantener, si se puede, una distancia de seguridad de 2 metros como mínimo, ponerse el tratamiento en la propia habitación, y si hace falta, usar mascarilla quirúrgica.

Las personas diagnosticadas de EPOC deben continuar con todo su tratamiento habitual, según lo prescrito por su médico. Ante un aumento de los síntomas (tos, disnea y expectoración) el paciente se debe poner en contacto con su centro de salud, ya que puede tratarse de una agudización. En caso de un brusco aumento de falta de aire, tiene que contactar lo antes posible con su centro de salud.

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