Hiporexia: pérdida de apetito en la tercera edad

Pérdida del apetito en personas mayores

En la tercera edad surgen muchos cambios en el cuerpo, tanto física como emocionalmente, así como digestivamente. La pérdida de apetito en personas mayores es muy habitual entre la población española. Con el paso de los años, las personas de edad avanzada se enfrentan a diferentes cambios relacionados con la edad y el envejecimiento.

Cuando nos encontramos ante una persona mayor con falta de apetito es necesario tomar medidas para evitar una malnutrición y carencias nutritivas. Para hacerlo, hay que determinar correctamente si esta falta de apetito se debe a la edad o a alguna patología.

¿Por qué disminuye el apetito en la vejez? Según algunos especialistas, el 90% de las personas mayores de 80 años presenta alteraciones en el apetito. Esto sucede porque la actividad física se reduce y con ello las necesidades energéticas del cuerpo. Por otro lado, debido a que el sentido del gusto y del olfato también se ven afectados con el paso de los años, el interés por la comida se hace menor. Y si a esta situación le sumamos otros inconvenientes como los impedimentos físicos u otras enfermedades, el problema se complica.

Hiporexia: falta de apetito en personas mayores

¿Qué es la hiporexia? La hiporexia es comúnmente conocida como la pérdida de apetito en personas mayores. La hiporexia es un trastorno muy frecuente pero, a pesar de ser peligroso, no se considera una enfermedad. La falta de apetito puede ser causada por muchos factores, tanto psicológicos como fisiológicos. A continuación los detallaremos.

Cuando una persona sufre el trastorno de la pérdida gradual de apetito, la ingesta de alimentos va disminuyendo cada vez más, incluso algunos pacientes sienten rechazo a ciertos alimentos. Esto conlleva que no se adquieran todos los nutrientes necesarios y es un gran riesgo para la salud del paciente.

Hiporexia en ancianos: causas de la pérdida de apetito en personas mayores

La falta de apetito, aunque es común, es necesario que se indaguen las razones que la producen, ya que pueden ser de orden fisiológico o psicológico. ¿Cuáles son los factores de riesgo de la disminución del hambre en la tercera edad? La falta de ejercicio, el sedentarismo en la tercera edad, la soledad en mayores y las enfermedades comunes en la vejez.

En las personas mayores la pérdida de apetito puede ser un indicador de falta de nutrientes o de alguna patología grave para su salud. Cuando una persona mayor pierde las ganas de comer es esencial conocer la causa de la situación. Puede deberse a múltiples factores.

Las causas más comunes de la pérdida de apetito en la tercera edad son:

  • Paso de los años: como parte natural del envejecimiento es normal que los adultos mayores no estén tan activos como solían, y por tanto el cuerpo requiere una menor exigencia calórica generando una pérdida de apetito.
  • Estado anímico: la ansiedad, tristeza y depresión son factores que contribuyen a que los mayores no quieran ingerir alimentos. En este caso existen muchos factores que pudieran ser detonantes como puede ser la soledad, estar lejos de la familia o la pérdida de una persona querida.
  • Infecciones: las infecciones entre otras enfermedades pueden ocasionar la pérdida de apetito, el estado febril  y gripal puede ocasionar la disminución de ingesta de alimentos.
  • Falta de ejercicio y sedentarismo: tener una vida sedentaria en edad adulta puede ocasionar que los mayores coman menos ya que el cuerpo necesita menos energía en estas edades minimizando la frecuencia de ingesta de comidas.
  • Algunas enfermedades: como el cáncer (colón, páncreas, ovarios, estómago…) o aquellas provocadas por un trastorno digestivo es otra de las causas de la hiporexia.
  • Tratamientos: algunos tratamientos, sobre todo aquellos que pueden ser invasivos para el organismo, tienen como contraindicaciones que pueden provocar la pérdida de apetito.
  • Fármacos: la Hiporexia y los tratamientos farmacológicos pueden ir asociados. El consumo de algunos medicamentos puede ser causa de la pérdida de apetito en personas mayores. 

En estos casos, cuando se modifica el tratamiento o se resuelve el trastorno, el apetito vuelve de forma gradual. Es esencial actuar rápidamente porque, si no lo hacemos, podemos estar ante un caso de malnutrición y de carencias nutritivas.

Causas psicológicas de la hiporexia

Como hemos comentado, la falta de apetito en ancianos muchas veces se debe por trastornos como la ansiedad o la depresión. En la vejez, estas suelen ser causadas por el sentimiento de soledad. Los trastornos anímicos tienen grandes síntomas psicosomáticos, y la hiporexia es uno de ellos en muchas personas.

Por eso, es importante que las personas mayores tengan compañía de calidad y que se preocupe de cocinarles platos para hacer que disfrute con la comida. Esta es una de las estrategias que comentaremos más adelante para compatir la falta de apetito.

Causas fisiológicas de la hiporexia

La pérdida de apetito en personas mayores también puede ser debida a patologías, trastornos o enfermedades relacionadas con la vejez:

La pérdida de apetito en la tercera edad provoca la pérdida de peso y eleva el riesgo de malnutrición, anorexia, infecciones y de otras afecciones para la salud.

Consecuencias de la pérdida de apetito en personas mayores

¿Qué ocurre cuando una persona mayor deja de comer? Como hemos comentado, hay varias consecuencias de este trastorno, como la desnutrición y la caquexia, las cuales son las principales.

Es importante determinar la causa de este cambio de conducta de forma personalizada para encontrar una solución, ya que la principal consecuencia de este problema es la desnutrición, una condición que puede ser fatal en las personas mayores. Cuando disminuye la ingesta de alimentos, estas personas comienzan a perder peso y terminan desnutriéndose. Este problema genera una serie de complicaciones que pueden llegar a ser fatales.

El gran problema de la hiporexia es que es difícil de detectar. Debido a que la pérdida de apetito es común en la tercera edad, muchas veces se pierde el control de los nutrientes que realmente se están ingiriendo. Y si hay una deficiencia de ellos, es probable que no se note hasta que se convierta en un problema grave. Por ello es importante que tanto familiares como cuidadores estén siempre atentos a la alimentación de las personas mayores.

Recomendaciones para motivar el apetito

Entre las acciones que los cuidadores y cuidadoras practican con las personas a su cargo y que recomiendan a los familiares está:

  • Considerar reducir las porciones y aumentar la cantidad de veces que se come durante el día. Las personas mayores son más propensas a comer si se les ofrece pequeñas cantidades de comida. Pero para asegurarnos de que ingieren todos los nutrientes que necesitan, deben hacer de cinco a seis comidas diarias.
  • Es muy aconsejable prestar atención a sus gustos. Si sabes qué alimentos prefieren y se los ofreces, será más fácil que coman. Puedes ofrecérselos incluso fuera de los horarios de comida. Recuerda que lo más importante es que coman.
  • Incluir en su dieta alimentos que puedan aportar mucha energía y variedad de nutrientes en muy pocas cantidades. Una opción es combinar yogur con fruta fresca y frutos secos troceados. También es bueno incluir verduras en forma de purés y frutas en batidos. Además, puedes cocinar con salsas y especias para que la comida sea mucho más apetecible.
  • Completar las comidas con alguna bebida que aporte vitaminas, minerales, incluso proteínas es una buena opción para que ingiera las dosis de nutrientes recomendados diariamente. Antes de bebérselo, debemos asegurarnos de que ya no comerán más en ese momento para no sustituir el batido por el plato.
  • Es conveniente evitar ciertos alimentos. Uno de ellos son los que contienen fibra, ya que tienen un elevado poder saciante. También es importante limitar la ingesta de líquidos durante las comidas para evitar que se llenen antes de terminar el plato.
  • En cuanto a la temperatura de los alimentos, es mejor optar por comidas templadas. Estas se toleran mejor que los alimentos muy calientes y potencian el aroma.
  • Variar la dieta en cocciones, sabores y texturas.
  • Tener siempre en cuenta sus limitaciones a la hora de tragar o masticar.

Si tienes presente estas recomendaciones, podrás minimizar las consecuencias de la falta de apetito y evitar graves problemas que perjudiquen la salud de las personas mayores.

¿Qué hacer cuando una persona mayor no quiere comer?

Existen varias medidas que debemos adoptar ante una persona mayor que no quiere comer, siempre teniendo en cuenta las necesidades, enfermedades y situación de cada persona.

Para que una persona mayor esté bien alimentada, es necesario tener controlado lo que come, cuándo come y cómo lo hace. Por ello un cuidado constante es fundamental. Y cuando el tiempo no da para este monitoreo, lo más recomendable es acudir con expertos en cuidados a domicilio para que tu familiar cuente con la ayuda que necesita.

Además, debemos tener en cuenta que la mayoría de mayores sufren pérdida de apetito en la tercera edad porque no hacen ejercicio ni tienen con quién compartir su tiempo.

La mejor solución para una persona mayor sin apetito y que deja de comer es tener un apoyo en el hogar para que un cuidador o cuidadora a domicilio profesional pueda controlar su alimentación, le haga compañía y le ayude en lo que necesite.

Los cuidadores de nuestra red conocen todas las técnicas para estimular el apetito de las personas mayores y disponen de la formación y la experiencia necesaria para atenderles ante cualquier incidencia. Además, les pueden ayudar en muchos aspectos:

  • Estimular física y cognitivamente a la persona mayor.
  • Hacerle compañía para ver la tele, hablar, jugar y salir a pasear, entre otros.
  • Preparar las comidas y mantener una dieta equilibrada.
  • Las tareas del hogar dejarán de ser un obstáculo en su día a día.
  • Controlar la medicación.

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