En todas las etapas vitales tenemos un objetivo en común: tener la máxima calidad de vida posible. Cuando se es dependiente, es complicado o prácticamente imposible conseguirlo por uno mismo. Por eso, es muy valioso tener un entorno que te ayude. Cuidar de una persona no es tarea fácil; es importante informarse bien para asegurar que le damos una buena calidad de vida.
En caso de que la persona dependiente no tenga un entorno que le ayude, que este no pueda hacer todo lo que desearía o de querer asegurarse de que se le está dando el mejor bienestar posible, una persona cuidadora profesional está cualificada cuidar correctamente a personas dependientes.
Pero, ¿qué es una persona dependiente? Es aquella que por razones físicas o mentales no tiene autonomía suficiente para valerse por sí misma en la realización de las tareas cotidianas.
La importancia de adaptar los cuidados a cada persona
Primero de todo, debemos hablar de los grados de dependencia y de su heterogeneidad. Legalmente están reconocidos tres grados, que grosso modo se caracterizan por:
- Grado 1: la persona necesita ayuda una vez al día
- Grado 2: la persona necesita ayuda entre 2 y 3 veces al día
- Grado 3: la persona necesita ayuda constante a lo largo del día
Pero, si analizamos a las personas dependientes, no solo hay tres tipos de dependencia. Poco a poco la autonomía se va perdiendo y la necesidad de ayuda va aumentando. Dentro del grado 3, por ejemplo, puede haber una persona que aún tiene un poco de movilidad en los brazos y manos, y otra que está encamada las 24h del día. Cada persona es diferente, por lo que para cuidar correctamente a una persona dependiente, nos tenemos que adaptar específicamente a sus necesidades.
Cómo cuidar a una persona mayor dependiente
Ante todo, cubre sus necesidades básicas. Para asegurar una buena calidad de vida, es primordial que todas estas, tales como la comida, la higiene, la medicación, etc., estén en lo alto de la lista de cosas que hacer. Estos asuntos suelen estar muy ligados a cuestiones físicas y vitales. Como se puede ver claramente en la Pirámide de Maslow, que clasifica las necesidades según su importancia, las que hemos comentado están en la base del gráfico.
Pero como bien se muestra en la pirámide, no podemos dejar de lado las necesidades emocionales.
Una buena vida con malas emociones nunca será la mejor posible.
Necesidades físicas de una persona dependiente
Si nos centramos en las necesidades físicas, debemos tener en mente varias cuestiones principalmente. Sin embargo, es importante mirar y escuchar a la persona dependiente para adaptarse a sus necesidades. Las que os presentamos son las más comunes, pero no son todas ni estas están presentes en todas las personas dependientes.
- Dificultad al levantarse de la cama. Muchas veces esto es una actividad de gran complejidad. Pero podemos hacernos con una cama articulada para personas dependientes: permiten levantar el respaldo, como las de los hospitales, y facilitan esta actividad además de dar satisfacción a la persona al ver que puede hacerlo por si sola.
- Inseguridad en el baño. El aseo en personas dependientes es muy importante, por lo que debemos hacer del baño un lugar seguro. Este es uno de los sitios en los que se producen más caídas. Se debe de estar muy atento cuando una persona dependiente va al baño, pero hay cosas que podemos hacer para disminuir riesgos, como poner una silla y una baranda en la ducha, elevar la tapa del inodoro y bajar la pica o poner una rampa. Si no puede andar, una solución es hacerse con una grúa para personas dependientes. Cabe añadir que cuando estamos limpios estamos más relajados, por lo que la persona mayor se sentirá más tranquila después de una ducha.
- Control de la medicación. Hay veces que las personas dependientes no pueden acercarse a la farmacia o ya no saben qué pastillas deben tomar en qué momento. Es primordial que el cuidador o cuidadora lleve un estricto control de la medicación.
- Zapatos y ropa para personas dependientes. Si ya no puede andar, no es necesario que lleve zapatos con suela dura. Se debe usar un calzado cómodo y adaptado al uso que le va a hacer el mayor. En este caso, sería mejor utilizar unos que sean tipo alpargata. En la misma línea, a veces hay prendas de ropa que no nos facilitan el movimiento; estas no son las más adecuadas para quienes no tienen total autonomía. Ropa de deporte, por ejemplo, es bastante apropiada para personas en silla de ruedas, en contra de las faldas.
- En cada etapa de la vida, nuestro cuerpo requiere una dieta específica, ya que las necesidades evolucionan. Por eso, es importante asegurarse de que la persona dependiente tienen una dieta equilibrada y adaptada a ella.
- Mantener activa a la persona dependiente. Para preservar lo máximo posible la autonomía que tiene la persona, es recomendable hacer actividades de estimulación física y cognitiva adaptadas. Estas son diferentes para cada enfermedad, como el Alzheimer o el Párkinson.
Necesidades emocionales de una persona dependiente
Como comentábamos, las necesidades físicas deben ir acompañadas de un buen bienestar emocional. De hecho, cada vez se está viendo más que tiene un impacto directo en nuestra salud física; por ejemplo, el estrés provoca hipertensión. Por eso, es importante no olvidarnos de esta parte. ¿Cómo?
- Dale espacio a la persona dependiente para que realice las actividades que pueda. Sentirse útil es un factor importante dentro de la autoestima. Si aún tiene un poco de autonomía, pero no se le permite hacer nada por sí misma, dará un gran bajón emocional que se verá traducido en una pérdida aún mayor de la independencia.
- Marca rutinas. Esto hace que las personas mayores se sientan seguras, por lo que una persona dependiente aún las necesita más para ver que todo va como debe y poder estar tranquila.
- No aísles a la persona dependiente. Somos animales sociales, necesitamos contacto humano para mantener nuestro ánimo arriba. Así que hacer que mantenga relaciones sociales es una parte importante del cuidado.
No te olvides de cuidarte a ti
Cuidar de una persona dependiente es una tarea que conlleva mucha responsabilidad y tiempo. Por una parte, es una oportunidad de pasar tiempo de calidad con nuestro ser querido, pero muchas veces llega un punto en el que la situación puede sobrepasarnos. Es normal. Habitualmente quien cuida de las personas mayores dependientes es una de las hijas, quien, además de trabajar, se encuentra con que también debe cuidar de la casa y de sus hijos e hijas. Esta situación puede llegar a afectar negativamente sus relaciones personales.
Todo junto puede hacer que a persona termine explotando, dando lugar al Síndrome del Cuidador Quemado. A esto se le debe sumar que la persona que cuida a diario y ve perder autonomía es su padre o su madre, lo cual tiene un gran impacto emocional. Para evitar explotar, no debemos permitir que todo el trabajo recaiga en una sola persona. De esta manera, todos los cuidadores pueden tener tiempo libre y desconectar.
Para evitar estas situaciones, una persona cuidadora profesional es de gran ayuda para la persona dependiente y para los familiares.
Cuándo es necesario contratar a una persona cuidadora profesional
A veces nos da cosa dejar en manos de alguien desconocido los cuidados de un ser querido. Sin embargo, hay veces en los que es necesario. Cuidar de una persona dependiente es un trabajo a jornada completa que requiere conocimientos para asegurarle una buena calidad de vida. Hay mucha gente que se dedica a ello en cuerpo y alma. Tener a alguien que ofrezca ayuda a la persona dependiente descarga presión a la familia y les ofrece la tranquilidad de saber que están en buenas manos.
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En Cuideo contamos con los mejores cuidadores y cuidadoras para personas dependientes. Tienen formación, experiencia y vocación. Como resultado, cubren todas las necesidades, tanto las físicas como las emocionales. Además, se adaptan a las familias, ya que pueden ser contratadas desde varias horas a la semana hasta las 24h.
Debemos cuidar a nuestros seres queridos, pero también debemos cuidarnos a nosotros mismos. Si lo deseas, puedes contactarnos y pedir precios sin ningún compromiso.
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