Las enfermedades mentales son condiciones graves que influyen en nuestro humor, pensamientos, sentimientos y actuaciones del día a día. ¿Cuáles son los desencadenantes de enfermedades mentales?
Nuestra salud mental nos ayuda a tomar decisiones, a relacionarnos con los demás y a controlar el estrés. Si no ejercemos y cuidamos nuestras funciones cognitivas, nuestro bienestar emocional, psíquico y social puede verse afectado.
Desencadenantes de las enfermedades mentales
Son muchos los factores que pueden influir en la aparición de enfermedades mentales. Algunos de los principales son:
- Genes.
- Historia familiar.
- Lesión cerebral traumática.
- Consumo de alcohol y otras drogas.
- Experiencias de vida: exposición a altos niveles de estrés, malas relaciones sociales o ser víctima de abusos.
- Exposición de la madre a un virus o productos químicos durante el embarazo.
- Factores biológicos.
- Tener enfermedades graves como un cáncer.
- Sentirse solo o aislado por falta de amigos o familia.
Los factores biológicos, psicológicos y sociales son los más relevantes en el desarrollo de la salud mental a lo largo de la vida.
Para algunos expertos como Eric Kandel (experto destacado en los ámbitos de la Medicina, la Neurofilosofia y la Psiquiatría y Premio Nobel en el año 2000) los factores biológicos o neurológicos tienen más importancia, ya que determinan todo el pensamiento humano, sus emociones y sus comportamientos.
En cambio, para otros como John Reas, los factores sociales son mucho más importantes, debido a que determinan el desarrollo de la persona.
Principales desencadenantes de las enfermedades mentales
Es cierto que nuestra conducta es producto del funcionamiento de nuestra mente y que cada acción y pensamiento que tenemos involucra al cerebro.
Aún así, existen varios factores externos a la persona que pueden influir en su salud mental. Esto no significa que todas las personas que nos enfrentamos a alguno de los siguientes problemas padezcamos un trastorno mental:
Vida diaria, la sociedad y los cambios
A medida que avanzamos en la vida, todos encaramos circunstancias y oportunidades que nos moldean, algunas como refuerzo, otras como castigo.
Algunos eventos y actividades de la vida diaria nos pueden generar tensión física y mental. Claros ejemplos son lidiar con enfermedades o el exceso de trabajo. Dependerá de la persona como procesar las experiencias vividas, ya que las mismas experiencias pueden conducir a resultados diferentes.
En gran parte, nuestros comportamientos dependen de la situación social en las cuales nos encontramos. Algunas personas son más fuertes emocionalmente que otras a la hora de lidiar con los problemas del día a día.
Dependerá de los aprendizajes en la vida y de la educación recibida que tomemos unas u otras decisiones ante ellos, es decir, del factor social. Obviamente, el factor psicológico, es decir, las capacidades mentales y el carácter de la persona, juegan un papel muy importante en la forma de pensar ante las diferentes situaciones de la vida.
Muerte o pérdida
Cuando perdemos a un ser querido, el trabajo o un amigo cercano es posible que la situación nos choque emocionalmente. Esto puede generar un gran cúmulo de estrés, tristeza y ansiedad, un ambiente adecuado para desarrollar algún problema mental.
Traumas
Hay circunstancias que pueden ser traumáticas para nosotros. Los casos más frecuentes son personas que han sufrido alguna situación de violación, tortura, bulling, guerra y/o desastres naturales.
La mayoría de las personas que ha vivido alguna de estas situaciones de peligro, tienden a sentirse insegura, impotentes e incapaces de confiar en el resto del mundo.
Es cierto que los eventos traumáticos tienen un fuerte impacto en nuestra salud mental, pero depende de nuestro carácter, autoestima, emociones y pensamientos como nos afecte la situación.
Hace falta mucho tiempo para superar un trauma, sobre todo cuando este es causado por otra persona. Las situaciones vividas de muy pequeños pueden marcarnos mucho sin que nosotros mismo lo sepamos.
Problemas físicos
Los problemas físicos que nos pueden llegar a limitar, también pueden afectarnos mentalmente:
- Desnutrición
- Discapacidad física
- Pérdida de algún sentido
- Infecciones graves como VIH
- Productos químicos cerca constantemente
- Exceso o efectos secundarios de algunos medicamentos
- Abuso de drogas y alcohol
- Derrames cerebrales, la demencia y las lesiones en la cabeza
Problemas genéticos
Existen enfermedades mentales (entre los cuales por ejemplo el Trastorno Obsesivo Compulsivo) que ya puede tener presencia en la familia y que podrían ser de transmisión genética. Esto no significa que también tengamos que padecerla, sino que tenemos más posibilidades que otros a desarrollarla. En estos casos, el estrés, los eventos traumáticos y las drogas son los principales desencadenantes de estos.
En Cuideo queremos explicaros nuestra lección de vida:
“El 90% de las cosas en la vida dependen de la actitud que decidimos adoptar ante ellas”