Coger buenos hábitos de sueño es muy importante a cualquier edad. Dormir bien es clave para la salud de una persona y muy importante para mantener una buena calidad de vida y poder rendir durante el día.
Al hacernos mayores experimentamos cambios en el organismo y en el día a día. Las obligaciones disminuyen, las energías también y las alteraciones del sueño, producidas por la edad, aparecen.
La importancia de dormir bien en personas mayores
El sueño es vital para la salud y muy importante para garantizar una buena calidad de vida. Dormir es una necesidad fundamental que nos garantiza algo tan básico como nuestra supervivencia.
Sin embargo, no sólo es importante la cantidad de horas, sino que la buena calidad del sueño y la continuidad del mismo durante la noche es esencial para que este sea reparador y podamos rendir adecuadamente durante el día.
Es muy común que las personas mayores duerman menos horas por la noche que los jóvenes o niños. Habitualmente, esto sucede porque ya están jubiladas, no trabajan y no mantienen una rutina de obligaciones ni ejercicio físico, adoptando así una vida más sedentaria. El sedentarismo influye en el sueño de las personas ancianas, provocando que estén menos cansadas por la noche o más descansadas tras la siesta de la tarde.
Tener problemas para conciliar el sueño o tener sueño excesivo durante el día no es normal a ninguna edad. Los malos hábitos de sueño influyen en la memoria y producen malestar, somnolencia diurna, enfermedades cardíacas, depresiones, enfermedades mentales, cambios repentinos de humor, entre otros síntomas.
La cantidad de horas que una persona necesita depende de su edad y actividad física diaria. Aun así, las horas de sueño para adultos suele ser entre 7 y 8 horas diarias.
Fases del sueño
Para poder comprender el sueño y adoptar una buena higiene de este, debemos conocer sus 5 fases:
Fase I
En la primera fase empezamos a adormecernos. Los ojos y las extremidades pesan y tenemos una sensación de ligereza.
Fase II
En la segunda etapa, el sueño es ligero, empezamos a descansar, pero aún respondemos al despertador o a otros estímulos.
Fase III
El sueño se vuelve profundo, la temperatura corporal desciende y la respiración también. Se trata de una fase de transición para llegar al sueño completamente profundo.
Fase IV
El sueño es muy profundo, la relajación muscular es total. Cuando te despiertas en esta fase del sueño te encuentras con un momento de desorientación.
Fase V
Sueño REM. Es un sueño paradójico, se trata de la fase donde se producen los sueños. La relajación muscular sigue siendo completa, pero la actividad mental es muy parecida a la de cuando estamos en vigilia.
Estás fases describen las diferentes etapas en que nos encontramos desde que intentamos conciliar el sueño hasta que nos relajamos al 100%. Esto no significa que cada vez que durmamos pasemos por todas.
Consecuencias de dormir mucho en ancianos
La cantidad de sueño recomendada de promedio es entre 7 y 9 horas, pero ciertos momentos de la vida piden más o menos. Las horas que una persona necesita dependerán de la edad y de su estilo de vida.
Esto no significa que si puedes dormir 12 horas diarias debas hacerlo. Dormir en exceso ocasionalmente no supone ningún riesgo para la salud, pero sí es algo habitual puede producir somnolencia diurna, desorientación e Hipersomnia.
Dormir en exceso también se relaciona con enfermedades de tiroides, depresión, demencias, enfermedades de riñones (como la arenilla) e hígado y con enfermedades cardíacas.
Consecuencias de dormir poco en mayores
El insomnio es muy habitual en las personas mayores. Es un trastorno del sueño que frecuenta en este sector de la población.
Estar varias noches en vela, tener mala calidad de sueño o no contar con una buena higiene de sueño puede comportar consecuencias:
- Fatiga diaria y malestar general.
- Fatiga Crónica.
- Problemas de concentración y de memoria.
- Disminución del rendimiento cognitivo. Irritabilidad y ansiedad.
- Cambios de humor repentinos.
- Tensión muscular.
- Migrañas y dolores de cabeza.
- Disminución de la capacidad de reflejos, coordinación y equilibrio.
Consejos para dormir de forma saludable en la vejez
Los especialistas consideran que las personas mayores de 65 años tienen suficiente con dormir 5 o 6 horas por la noche, ya que gastan menos energías y no ejercen grandes esfuerzos mentales.
Aún así, es necesario complementar este sueño nocturno con 2 o 3 siestas de sueño no profundo y adoptar buenos hábitos en su estilo de vida:
- Crea un ambiente relajante. Desconecta el televisor, los dispositivos móviles y los relojes.
- Asegúrate de contar con un buen colchón que garantice tu comodidad y buen descanso.
- Adopta una rutina del sueño. Levántate y acuéstate a la misma hora cada día.
- Prepara una cena ligera. Termina de cenar una hora o hora y media antes de acostarte.
- Evita el consumo de bebidas excitantes como el café o el alcohol. También evita el consumo de tabaco y otras drogas.
- Mantén una buena actividad física para liberar tensiones y favorecer de manera positiva a tu descanso. Mínimo 30 minutos diarios.
- No hagas siestas que superen los 20-30 minutos.
- Utiliza la cama sólo para dormir, no para ver la televisión, leer o estar con el móvil.
- Utiliza máquinas de ruido blanco o ventiladores y aparatos de climatización, por su trasfondo sonoro constante y relajante.
- Pregunta a tu médico si, alguno de los medicamentos que tomas, puede tener como efecto secundario Hipersomnia o Insomnio.
Cuideo y los expertos sanitarios recomiendan levantarse si no hemos conseguido conciliar el sueño después de 20 minutos en la cama. Los ejercicios de relajación son muy recomendables para ayudarte a conciliar el sueño.
En Cuideo velamos por el descanso de tus seres queridos mayores; por eso, los cuidadores y cuidadoras que colaboran con nosotros les ayudan en sus hábitos de sueño. Además, aseguramos su seguridad y les ofrecemos la compañía y la ayuda que necesitan.