Fatiga Crónica: causas y tratamiento

Fatiga crónica tratamiento

La Fatiga Crónica es una enfermedad neurológica muy común y que muchos médicos no consideran una verdadera enfermedad. Por ello, debemos conocer al máximo el Síndrome de la Fatiga Crónica, sobre todo, si creemos que podemos tenerlo. Se calcula que más de 17 millones de personas sufren Fatiga Crónica en todo el mundo. ¿Cuál es el tratamiento de la Fatiga Crónica y cómo se diagnostica?

Fatiga Crónica: pruebas disponibles

Actualmente es difícil detectar que algún paciente padece de Fatiga Crónica, pero sí que existen una serie de preguntas que pueden facilitar su detección:

  • ¿Siete un agotamiento extremo que no disminuye con descanso?
  • ¿Cada vez le cuesta realizar las actividades diarias?
  • ¿En qué partes del cuerpo siente dolor?
  • ¿Tiempo e intensidad del dolor?
  • ¿Cuándo aparece el dolor?
  • ¿Está diagnosticado con alguna enfermedad reumática como la artritis o la fibromialgia o la polimialgia reumática?
  • ¿Ha sufrido una larga exposición a productos químicos, sustancias tóxicas o consume drogas?
  • ¿Sufre pérdidas de memoria a corto o largo plazo?
  • ¿Le cuesta concentrarse, prestar atención y manejarse en situaciones de estrés?
  • ¿Se siente más sensible e irritable?
  • En ocasiones, ¿pierde el equilibrio o se siente desorientado?
  • ¿Ha notado alergias estacionales, alimentarios o por medicamentos?
  • ¿Y intolerancia a los olores, la luz o el ruido?

Esta serie de preguntas las debería de hacer un médico profesional para poder conocer la situación actual del paciente y establecer un posible diagnóstico. Esto debe hacerlo después de haber recaudado el historial familiar y médico del paciente. Además, deberá realizarle un examen exhaustivo del estado físico y mental, entre otras pruebas de sangre, orina…

Es importante conocer los derechos que tenemos como pacientes. Además, recordamos que le 80% de los pacientes que son diagnosticados de Fatiga Crónica sufren Fibromialgia.

¿Puedo saber que sufro Fatiga Crónica?

Podemos intuir que sufrimos esta enfermedad crónica si notamos un agotamiento extremo que no se reduce con el descanso y aumenta con la actividad física o mental.

Los pacientes que sufren el Síndrome de la Fatiga Crónica suelen empezar y acabar el día sin energía ni motivación, sólo con ganas de descansar. Las tareas diarias se convierten en imposibles para ellos.

Si considera que experimenta síntomas de Fatiga Crónica, Cuideo recomienda acudir directamente a su médico habitual para que le redirija a un especialista. No haga uso de ningún medicamento ni tratamiento sin antes consultarlo con un profesional sanitario.

Vivir con Fatiga Crónica: Hábitos

Cuando sabemos que padecemos el Síndrome de la Fatiga Crónica, es muy importante modificar algunos hábitos de nuestra rutina diaria. Debemos llevar una vida sana y equilibrada.

Alimentación

Se recomienda el uso de productos alimentarios biológicos, sin grasas animales ni lácteos de origen animal. También se pueden contemplar los suplementos alimentarios, dependiendo de si nos falta alguna vitamina, calcio o hierro.

Es muy importante acudir a un nutricionista para controlar el peso. Debemos evitar tanto la obesidad y el sobrepeso como la desnutrición.

Ejercicio Físico

Reducir el ejercicio físico no es beneficioso para el paciente con Fatiga Crónica. Estos pacientes tiende a llevar una rutina con muy poca actividad física que, con el paso del tiempo, se suele traducir en atrofia muscular y otras enfermedades reumáticas o neurológicas.

Las actividades físicas más recomendables para estos casos son los ejercicios que nos ayuden a eliminar el estrés. El yoga y la meditación es un ejemplo claro, igual que la acupuntura.

Queremos recordad que el ejercicio físico aeróbico puede empeorar el SFC. Sólo los estiramientos graduales y de muy baja intensidad pueden evitar la atrofia muscular.

Evitar estrés y sobrecarga

Debemos evitar forzarnos más de la cuenta y aceptar que padecemos una enfermedad que nos limita. No podemos llevar sobrepesos ni hacer ciertas actividades que antes no nos costaban un gran esfuerzo. Además, debemos evitar las situaciones de alto estrés.

Apoyo emocional y psicológico

Es muy importante que, un pacientes con el Síndrome de la Fatiga Crónica, nunca se sienta solo y siempre cuenten con el apoyo de sus seres queridos.

Para muchos pacientes es difícil convivir con esta enfermedad, ya que muchos no saben que la padecen o no saben aceptar los efectos de este trastorno neurológico. Las personas que sufren Fatiga Crónica deben adaptarse a sus nuevas limitaciones y ser conscientes de que no podrán ejercer las mismas tareas sin necesidad de un esfuerzo más elevado. Muchos se sienten poco funcionales, sin motivación e incomprendidos.

Los familiares del paciente tienen un papel muy importante en la adaptación del paciente. Estos deben ayudarle a convivir y afrontar esta nueva situación. También deben evitar que se someta a situaciones de estrés y sobreesfuerzo. El asesoramiento psicológico también puede ayudar a los pacientes a afrontar con éxito el Síndrome de la Fatiga Crónica y a mejorar los síntomas y el estado de ánimo.

Síndrome de la Fatiga Crónica: tratamiento

Actualmente no existe ningún tratamiento que cure el Síndrome de la Fatiga Crónica, pero sí que existen formas de reducir sus síntomas y mejorar el día a día de los pacientes.

Si aplicamos un tratamiento multidisciplinar, personalizado, supervisado y continuado, podemos mejorar, de forma parcial, el impacto de la Fatiga crónica en la calidad de vida de los pacientes. Es muy importante contar con el apoyo de profesionales médicos.

Terapias para tratar la Fatiga Crónica

El yoga y la meditación suelen tener pueden ayudar a mejorar los síntomas de muchas enfermedades, entre ellas, el Síndrome de la Fatiga Crónica. La acupuntura y el tai-chi también producen efectos muy positivos para estos pacientes.

Todas estas terapias ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, a mejorar la concentración y la atención y a evitar la depresión. Las terapias conductuales también ayudarán al paciente a controlar y gestionar el agotamiento crónica y extremo, para así, ayudarle a reducir sus problemas de sueño y sus consecuencias en el día a día.

Tratamiento con Fármacos: Fatiga Crónica

Existen ciertos tratamientos farmacológicos para tratar algunos síntomas de la Fatiga Crónica y reducir su impacto en la calidad de vida del paciente:

  • Insomnio: Se puede tratar con reguladores como la melatonina. Es importante evitar el uso de benzodiacepinas, ya que pueden causar adicción. El uso de fármacos además se suele combinar con el uso de aparatos que generan ruido blanco.
  • Contracturas musculares: El magnesio y la ciclobenzaprina son ideales para aliviar el dolor muscular. Debemos evitar el uso de baclofeno.
  • Migrañas, faringitis o sensación de gripe: Debemos combinar el paracetamol o ibuprofeno con tramadol o oxicodona.
  • Salud mental: Se está proponiendo el uso de ciclos de ácido fólico y vitamina B12, pero no aseguran una alta efectividad.
  • Estado de ánimo: Si el paciente presenta depresión se le recetarán los antidepresivos. En caso de que sólo presente ansiedad o angustia deberemos recetar dosis bajas de alprazolam o neurolépticos.

Es muy importante que no haga uso de estos tratamientos sin haberlo consultado, previamente, con su médico habitual. Sea consciente de que algunos tratamientos no han sido probados y podrían ser de alto coste y extremadamente peligrosos para su salud.

Fármacos que pueden empeorar la Fatiga Crónica

  • Diuréticos.
  • Estatinas.
  • Medicación para la hipertensión.
  • Algunos antibióticos.
  • Antidepresivos.
  • Antipsicóticos.
  • Antihistamínicos.
  • Inhibidores de la bomba de protones.
  • Benzodiacepinas.

Debemos evitar el consumo de estos medicamentos, a no ser que el médico habitual diga que son imprescindibles. Algunos de ellos requieren de una supervisión continuada, para evitar que creen adicción a algunos pacientes.

Fatiga Crónica: tratamiento natural

También existen tratamientos naturales que pueden sernos útiles para reducir los síntomas de la Fatiga Crónica y que son beneficiosos para el organismo en general.

Valeriana, camomila o manzanilla

Hacer té de camomila, manzanilla o valeriana te ayudará a descansar bien y sin requerir de mucho tiempo para conciliar el sueño.

Además, la valeriana en concreto, tiene propiedades antidepresivas, calma la ansiedad y evita el insomnio.

Alfalfa

Si tienes problemas de apetito o de estreñimiento, la alfalfa te ayudará a incrementar el apetito, mejorar la digestión y promueve un buen funcionamiento del sistema endocrino. En resumen, ayuda a mejorar el funcionamiento de todo el organismo.

Ginseng Siberniano

Ayuda a reparar el agotamiento, a mejorar el humor y a proveer energía física y mental. Se recomienda una dosis diaria de Ginseng por la mañana, para ser exactos, unos 500 miligramos.

Raíz de maca

Utilizada para tratar los desequilibrios hormonales, a regular el sistema endocrino, a equilibrar el cuerpo y a mejorar la energía diaria. Puede tomarse en polvo por encima de los alimentos o disuelta en bebidas.

Polen de abeja

El polen de abeja contiene aminoácidos, proteínas y otros nutrientes que son imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo y que son difíciles de conseguir. Uno de los mejores remedios naturales para tratar el Síndrome de la Fatiga Crónica y la anemia.

Tomar entre una y tres cucharaditas, en función del grado de agotamiento. Si no encontramos el polen de abeja entero, también podemos sustituirlo por la miel.

Sales de mar

Estimular la piel puede significar grandes beneficios energéticos para los pacientes con Fatiga Crónica. También ayudará a desintoxicar el cuerpo y absorber mejor los minerales.

La piel es uno de los componentes del cuerpo más importante y debemos protegerlo e hidratarlo con frecuencia. Una o dos veces por semana puedes frotar sal en el cuerpo mientras te bañas.

Avena

La avena es un alimento en grano que conlleva numerosos beneficios para el cerebro, ya que estimula la concentración y aporta muchos nutrientes y energía natural. Es ideal para el desayuno.

Cuideo advierte que el uso de un tratamiento natural y de terapias es complementario, no pueden sustituir los tratamientos médicos. Además, todo el procedimiento médico debe estar gestionado por un profesional sanitario que personalice el tratamiento a los síntomas de cada paciente.

Esta información es general. Es muy importante obedecer los tratamientos médicos y no abandonarlos o substituirlos. Los profesionales sanitarios son los únicos capacitados para prescribir un tratamiento adecuado para cada situación.

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