El herpes zóster es una infección viral que puede afectar a personas de todas las edades, pero tiende a ser más frecuente en personas mayores, especialmente aquellos mayores de 65 años. Esta afección se caracteriza por la reactivación del virus de la varicela que permanece latente en el sistema nervioso después de una infección previa de varicela.
En este artículo, analizaremos en detalle qué es el herpes zóster, sus síntomas característicos en personas mayores y cómo actuar ante esta afección.
¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster es una enfermedad que se desencadena cuando el virus de la varicela (varicela-zona) se reactiva en el cuerpo.
La mayoría de las personas han tenido varicela en algún momento de su vida y, después de la infección inicial, el virus de la varicela se queda latente en los ganglios nerviosos a lo largo de la columna vertebral.
A medida que envejecemos o cuando nuestro sistema inmunológico se debilita, existe un mayor riesgo de que este virus se reactive y cause herpes zóster.
Síntomas del herpes zóster en ancianos
Los síntomas del herpes zóster pueden variar según el nervio afectado, pero en la mayoría de los casos, el herpes zóster causa los siguientes síntomas en personas mayores:
- Fatiga y malestar general
El herpes zóster puede comenzar con fatiga significativa y malestar general, que puede confundirse con otros problemas de salud en los ancianos.
- Dolor y sensación de quemazón
Un síntoma característico del herpes zóster es el dolor en el área afectada. Por lo general, este dolor se describe como una sensación de quemazón, picazón o incluso como descargas eléctricas en la piel.
- Erupción cutánea
Después de los síntomas iniciales, aparece una erupción cutánea en la zona afectada. Estas erupciones se componen de pequeñas vesículas llenas de líquido que pueden causar picazón y malestar adicional.
- Localización en un lado del cuerpo
El herpes zóster a menudo afecta solo un lado del cuerpo, siguiendo el patrón del nervio infectado. Puede manifestarse en la parte superior del cuerpo, como el tórax, pero también puede afectar otras áreas, como un brazo o el abdomen.
- Zona ocular y zona bucal
En casos más raros, el herpes zóster puede afectar el ojo, lo que se conoce como zona ocular, o la boca, conocido como zona bucal. Estas formas de la enfermedad requieren atención médica inmediata debido al riesgo de complicaciones oculares.
- Complicaciones de dolor crónico
Una de las complicaciones más preocupantes del herpes zóster en personas mayores es el desarrollo de dolor crónico llamado «dolor post-zostérico». Estas neuralgias pueden persistir durante meses o incluso años y afectar significativamente la calidad de vida de los ancianos.
¿Es común el herpes zóster en ancianos?
En España, se estima que más del 90% de las personas albergan el virus de la varicela en sus ganglios nerviosos.
La reactivación de este virus, que causa el herpes zóster, se observa en aproximadamente el 20% de estas personas, con mayor frecuencia después de los 50 años o cuando el sistema inmunológico está debilitado.
Además, después de los 65 años, el riesgo de desarrollar herpes zóster se incrementa considerablemente, llegando a afectar a la mitad de las personas mayores de 85 años en España.
Tratamiento del herpes zóster en ancianos
El tratamiento temprano del herpes zóster es crucial, especialmente en personas mayores, para reducir la gravedad de los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo.
A continuación, te describimos las opciones de tratamiento para el herpes zóster en ancianos:
Tratamiento médico
- Antivirales: los medicamentos antivirales, como el aciclovir, el valaciclovir o el famciclovir, se utilizan para reducir la duración y la gravedad de la infección viral. Es esencial comenzar el tratamiento antiviral dentro de las primeras 72 horas después de la aparición de las erupciones.
- Analgésicos: para aliviar el dolor, se pueden recetar analgésicos, como el paracetamol o los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs).
- Antisépticos locales: para prevenir infecciones secundarias, se recomienda el uso de antisépticos locales en las lesiones cutáneas, así como el lavado regular de manos y la prevención de rascado.
- Tratamiento alternativo
El uso de aceites esenciales con propiedades antivirales y analgésicas, como el aceite de Niaulí y el aceite de Ravintsara, mezclados con aceite de menta y aceite de caléndula, puede proporcionar alivio cuando se aplica varias veces al día.
Refuerzo del sistema inmunológico
Es importante mantener un sistema inmunológico saludable, especialmente en personas mayores, para prevenir la reactivación del virus. Esto incluye una dieta equilibrada rica en vitaminas B, vitamina C y zinc, así como el consumo de ajo y cebolla, que tienen propiedades antivirales.
Vacunación para el herpes zóster
Desde junio de 2015, existe una vacuna contra el herpes zóster llamada Zostavax, que se recomienda para personas mayores de 65 años. Esta vacuna puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar herpes zóster y sus complicaciones, como el dolor post-zostérico.
Es importante destacar que la vacuna contra el herpes zóster no está recomendada para personas mayores con sistemas inmunológicos debilitados debido a enfermedades o tratamientos médicos.
¿Qué problemas puede desencadenar el herpes zóster en la tercera edad?
El herpes zóster puede generar una serie de problemas y complicaciones en las personas mayores, especialmente cuando no se trata adecuadamente.
Estos problemas pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los ancianos.
Aquí te dejamos una descripción de los problemas más comunes asociados con el herpes zóster en personas mayores:
- Dolor agudo: como veíamos más arriba, el síntoma más inmediato y común del herpes zóster es el dolor intenso en el área afectada. Este dolor puede ser debilitante y puede persistir durante semanas o incluso meses después de que las erupciones cutáneas hayan desaparecido. Se conoce como «dolor agudo» y puede interferir en las actividades diarias y el bienestar general.
- Infecciones secundarias: las lesiones cutáneas causadas por las erupciones del herpes zóster pueden ser propensas a infecciones secundarias bacterianas si no se mantienen limpias y desinfectadas adecuadamente. Esto puede requerir tratamiento adicional con antibióticos.
- Signo de Hutchinson: cuando el herpes zóster afecta alrededor del ojo, puede resultar en una afección llamada «signo de Hutchinson». Esto implica la aparición de erupciones en la nariz que pueden extenderse al ojo. Es una situación grave que requiere atención médica urgente debido al riesgo de complicaciones oculares.
- Parálisis facial: en casos raros, el herpes zóster puede afectar los nervios faciales y causar parálisis facial temporal o permanente, lo que afecta la capacidad de mover los músculos faciales y puede afectar la visión.
- Otros problemas de salud: el herpes zóster en personas mayores puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de otras infecciones y problemas de salud, como neumonía o enfermedades cardíacas.
- Impacto emocional: la experiencia de dolor intenso y la posibilidad de complicaciones a largo plazo pueden tener un impacto emocional significativo en las personas mayores. Pueden experimentar ansiedad, depresión, estrés y desarrollar un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) debido a la enfermedad y sus efectos en su calidad de vida.
- Limitaciones en las actividades diarias: el dolor y las complicaciones del herpes zóster pueden limitar la capacidad de las personas mayores para realizar actividades cotidianas, como vestirse, bañarse y dormir, lo que afecta a su independencia y calidad de vida.
¿Cuánto tiempo tarda en desaparecer el herpes zóster?
La duración del herpes zóster puede variar de persona a persona y depende de varios factores, incluyendo la rapidez con la que se busca tratamiento, la salud general del individuo y la gravedad de la infección.
En general, el herpes zóster sigue un curso predecible, aunque puede ser incómodo y doloroso. A continuación, te proporcionamos una línea de tiempo típica para el herpes zóster:
- Fase prodrómica (antes de las erupciones): antes de que aparezcan las erupciones cutáneas, algunas personas pueden experimentar síntomas prodrómicos, como dolor, picazón o sensaciones de hormigueo en el área afectada. Esta fase puede durar varios días o incluso semanas.
- Aparición de erupciones: las erupciones cutáneas suelen aparecer de 1 a 5 días después de los síntomas prodrómicos. Estas erupciones consisten en pequeñas ampollas llenas de líquido que a menudo forman una banda o una franja en un lado del cuerpo. Estas ampollas pueden ser dolorosas y picar.
- Etapa aguda: la etapa aguda del herpes zóster generalmente dura de 2 a 4 semanas. Durante esta fase, las ampollas pueden romperse y formar costras. El dolor y la incomodidad suelen ser más intensos durante esta etapa.
- Resolución de las lesiones: las lesiones cutáneas comienzan a secarse y sanar después de unas semanas, y las costras se caen. Esto puede llevar alrededor de 2 a 4 semanas desde el inicio de las erupciones.
- Dolor post-zostérico: en algunos casos, el dolor persiste después de que las erupciones hayan sanado. Esta es una complicación conocida como dolor post-zostérico. El dolor post-zostérico puede durar semanas, meses o incluso años en algunas personas.
Es importante señalar que el tratamiento antiviral temprano, administrado dentro de las primeras 72 horas después del inicio de las erupciones, puede acortar la duración de la fase aguda del herpes zóster y reducir la gravedad de los síntomas. También puede ayudar a prevenir o reducir el riesgo de desarrollar dolor post-zostérico.
El dolor post-zostérico es una de las preocupaciones más significativas relacionadas con el herpes zóster en personas mayores, ya que puede ser debilitante. Por esta razón, se recomienda buscar atención médica temprana para el herpes zóster y considerar la vacunación contra el herpes zóster como medida preventiva.
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